A veces se dice que definir es limitar, en otras ocasiones que la definición es necesaria, y en otras tantas que hay definición de nada. Y como la verdad para mi es un mito, manifiesto que la ética y la moral no tienen cavida en este mundo, ya no funcionan, ni sirven para nada.
¿Pero por qué sirven para nada? me preguntarán ustedes. Pues nosotros mismos, los de carne y hueso hemos caido al pozo. A la señora ética la hemos violado, sus prendas que son la moral en sí, se las aventamos a los buitres, que son la máxima representación del caos.
Tales magnitudes del mundo de la palabra y del mundo humano que por los años pasados y los que han de venir, han sido tergiversadas de su carácter, es decir, de lo que debe ser.
De lo que debe ser para el humano su vida, son un cadáver metido en una bolsa negra tirado en cualquier lugar y la sensación de oler tal bolsa es lo mismo que sentir el bien y el mal como tomado de varias formas, por la conglomeración carnal de esta esfera.
El estado del mundo lo han conformado las personas así y la base de tal problemática no está en más que la ética y la visión y uso de la moral.
¿Y por qué así? pues gira en torno a todo eso este. Miren que no hay razón ni de extenderse en este asunto pues no tiene pies con los cuales sostenerse y su silla de ruedas se la hurtó la visión humana.
¿Falta algo por aclarar al respecto? siempre lo habrá, la acción de coger un muerto, moverlo y tocarlo al humano siempre le ha gustado. Entonces por lo anterior dicho, la ética y la moral, la moral ética y la ética moral van a seguir el tránsito de la perturbación de su estado.
Y es que la gente no entiende ni quiere entender que la consecuencia de sus actos involucran a todo el mundo por más lejos que se esté de alguien que vive en otro continente, todo afecta todo y la relación y vinculo es inseparable de la cuestión de la vida misma.
Actuen como quieran actuar y sientan como lo controlen sus impulsos biológicos pero, ética no es necesario y moral es un conducto que como polvo por los aires se está yendo.
Puede que vuelva, puede que llegué de nuevo —si es que en tiempos anteriores la hubo en menor grado, no estuve vivo para saberlo aunque de eso tampoco estoy seguro— y toque la puerta de nuestra casa, la desición de abrir o no va hacer cambiar o dejar igual a la humanidad en esta esfera.
Los bienes y los males de los animales que piensan y los que no y los que no se sabe que piensen y los que piensan y no lo sabemos, tienen base en la reacción de sus sentires por un acto que haya sido cometido, que se vaya cometer y que se esté cometiendo, pueden mirar a su alrededor señoras y señoras humanos, verán que tan muerto está lo que menciono.
Un sentimiento parece que es la base de todo el caos del mundo, en constante discordia con el mismo, y es que si no se siente algo frente a un acto, se puede juzgar más su juzgación no tiene validez, pues, por el hecho de no sentir, nada le parecerá y que nada le parezca es que algo ni es bueno ni es malo, ni es de lo bueno, ni es de lo malo.
O sentimientos o no sentimientos, o juzgar o no juzgar, o actuar o no actuar, buscamos placer y ese placer se llama felicidad, pero como dijo un loco por ahí que la felicidad es la peor desgracia que le puede ocurrir a un hombre, pueden tomarse como requieran en sus vidas la muerte de la ética y la moral y sin estas dos se puede vivir del mismo modo el cuál dijo un pajarito: se puede vivir sin Dios.
Se puede vivir sin muchas cosas, sin embargo para vivir se quieren y requieren hasta más.
Las mujeres y los hombres, los animales y los moluscos, las plantas y los mares por el hecho de ser distintos en apariencia se lo terminan creyendo, también en su efecto para el mundo y por estar creyendo, y creyendo vanamente los bienes y los males, lo ético y lo moral no tiene puesto en el cosmos, el hombre, la mujer y los demás se lo quitaron, el estado salvaje del ente carnal está en su más puro estado o por lo menos alcanzandolo.